Nouveau venu qui cherches Rome en Rome
Ya estoy aquí. Por viajes de placer o de trabajo (!!!), este mes he dormido en mi casa cuatro días.
De Francia me he traído la impresión de vivir sin tiempo, de haber pasado una semana conservado en almíbar, estando sumergido en líquido amniótico.
(Además de eso también me he traído la colección entera de Isaac el pirata, la mayor alegría de los últimos años para los que amamos el comic de aventuras y la BD francesa.)
De Italia el descubrimiento de una ciudad a la que sé que volveré, un puñado de fotos y la certeza de que el poema de Joachim du Bellay que se inicia con el verso que he puesto como título es una gran verdad universal.
Moverse, esa es la clave.
Me gusta más Bellay que Ronsard (también los franceses se equivocaron eligiendo sus clásicos).
Quevedo hizo una adaptación en español de ese mismo poema, pago cerveza a quien la encuentre.