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Septiembre, mes soprano



Discretamente, casi de clandestino, septiembre es un mes Soprano. No podremos hablar de una Sopranomanía porque esta estupenda serie (quizá la mejor de la historia de la televisión, como ya dije en otro lugar) no ha terminado de calar en nuestro país, pese a que Canal + y la Sexta la han emitido con mayores escrúpulos y respeto de los que suelen utilizar las cadenas españolas para programar series extranjeras y pese a que no son pocas las voces “autorizadas” que la reivindican y recomiendan por doquier (entre ellos mi admirado Javier Marías, que ha dedicado varios artículos en la prensa nacional a la serie, y Antonio Gasset, el payaso de Días de Cine que comentó que el mejor cine de los últimos diez años lo había visto, paradójicamente, en la TV, viendo Los Soprano). Pese a esto, digo, la serie cuenta con pocos seguidores en España en comparación con otras que han surgido tras su estela y el boom de las series de televisión por cable, de temática más adulta. Pero aún así, no podemos negar que Los Soprano están de actualidad por varios motivos: primero porque Canal + comienza a emitir en horario de máxima audiencia la sexta temporada, la última hasta el momento, sólo un par de meses después de su emisión en EEUU. Segundo porque uno de los directores habituales de la serie, Allen Coulter (también fogueado en otras series de éxito como Sexo en Nueva York o A dos metros bajo tierra) acaba de estrenar su primer largometraje en Venecia,Hoolywoodland , con excelentes críticas. Y tercero porque el fiera de James Gandolfini vuelve a ser noticia, esta vez por un accidente de moto a gran velocidad (bastante grave al parecer) que ha obligado a retrasar el rodaje de la séptima temporada hasta 2007.





Pues todo esto y el hecho de no tener nada que hacer son motivos suficientes para intentar hacer una enumeración de unos cuantos elementos por los que considero Los Soprano la serie imprescindible. No están todos los que son, por supuesto, pero allá voy:

1. Habría que empezar reflexionando sobre la atracción que las historias de la mafia ejercen sobre el público, sobre todo masculino. Esto lo hablé una vez con mi amiga Irene: ¿es porque la sensación de poder, unida a la imagen del fuera de la ley espolea nuestra mentalidad adolescente? ¿Es por el romanticismo de mantener en el siglo XXI unos estrictos códigos de conducta basados en el honor y la lealtad? ¿Es porque los mafiosos siempre están en puticlubs y barras americanas? Pudiera ser eso, sí, pero no solamente…

2. En la primera temporada un personaje dice que la mafia ha pasado a formar parte del imaginario cultural norteamericano, que las películas de mafiosos son similares a los westerns en la formación de una tradición literaria en el siglo XX, etc, etc. Conscientes de ello, en Los Soprano se realiza una reflexión constante sobre el género de mafias y se aporta un elemento ausente en sus precedentes: los mafiosos ven películas de mafiosos y les gustan. Así se establece un dialogo con el género al que se adscribe la serie, pero que se subvierte y desautomatiza (oh, sí, estaba deseando utilizar esa palabra), exactamente como Don Quijote con los libros de caballerías: Toni, que es un cinéfilo empedernido, ama El enemigo público -en cuyo protagonista se basó David Chase para crear su personaje- y la trilogía del Padrino, pero detesta Uno de los nuestros -claro, ahí gana el malo, la rata, el chivato, lo más bajo que puede llegar a caer un hombre-. A su hija Meadow sus amigos de la universidad le preguntan si su vida es como la de Sharon Stone en Casino y el joven Christopher piensa que los problemas entre familias deben solucionarse “como en la escena final de Scarface, con un par de metralletas en cada mano.” Luego hay personajes que detestan el cine de mafias porque fomenta un estereotipo negativo de los ítaloamericanos y la reflexión sobre las "mob movies" se torna en otra sobre la huella de la cultura italiana en Estados Unidos.

3. Por su humor negro. A menudo cuando hablo con alguien que nunca ha visto la serie me pregunta: ¿pero eso es de risa? Pues no exactamente, pero sí, también. Los Soprano tiene aires de tragedia pero con elementos de humor muy negro, demasiado negro. Y amargo: uno se ríe de la muerte de los personajes, de su torpeza o incultura... Para la memoria queda el capítulo “Pine Barrens”, dirigido por Steve Buscemi: -“Los rusos son unos cabrones ¿no recuerdas cuando pusieron sus misiles atómicos en Cuba apuntando hacia nosotros?” –“ No jodas que eso pasó de verdad, pensaba que era una peli.”

4. Por su audacia, que sobrepasa con mucho la del formato televisivo o la del género de mafias. En Los Soprano rara vez se dicen las cosas, sólo se insinúan y a menudo es difícil saber qué ha pasado realmente. Y luego están esos capítulos “experimentales”, como los de los sueños de Toni que son propios de una peli de David Lynch.

5. Por la música. Siempre salen canciones chulas: digan lo que digan, ningún fan de los Rolling había reparado en lo buena que es Thru & Thru hasta que apareció en la serie y se puso de moda; y la escena de Toni hablando de los Chi-Lites con un sindicalista negro en una sauna vale más que la vida.

6. El personaje de Toni, que es de una complejidad inusual en la televisión e incluso también en el cine. Astuto como un zorro, brutalmente violento de puertas para fuera, débil y depresivo de puertas para dentro. Perturbado por la escala de valores que ha heredado y por la forma en que se gana la vida (que él no eligió), pero incapaz de deshacerse de ella, es más sin voluntad de deshacerse de ella.

7. Adriana LaCerva- Drea de Matteo

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Consigues que me entren ganas de ver Los Soprano; mira que lo has intentado por activa y por pasiva...jajaja. Eso querías, no?
¿En tu casa o en la mía?

Siempre dispuesto a cumplir los deseos de una dama ;-)

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